Lentamente*

Ahora tengo poca prisa por vivir,

las calles empedradas ya no existen.

Hoy me encuentro en la plaza

de bancos ilusionados, aquí,

entre arboledas cuyas hojas

voy observando con calma.

 

Ahora tengo la necesidad de sonreír,

de sentirme, de conocer mucho más,

de romper moldes de una edad

mal entendida, tal vez olvidada.

Dejar de ser refugio de penas,

de lastimas nimias y piadosas.

 

Ahora es la hora de crecer

en este rio que llega a su delta,

más allá de él hay un mar inmenso,

fondos marinos por descubrir,

la posidonia de los placeres,

adonde pienso vivir para siempre.

 

Ahora, ya no tengo prisa alguna.

 

Emuñoz

 

 

 

 

 

 

 

Es mi vida*

¿Acaso esto es un pecado?

¿Quién decide que es pecar?

¿Quién sentencia mis actos?

Si cuando vivo lo hago

sin llevar implícito el daño.

¡Ay mi Ser superior Divino!,

mi refugio en todo caso ,

¿a qué mundano elegiste

que desconoce lo que es juzgar?,

¿a qué ruin diste armas de asesino?

 

Yo me esfuerzo cada día,

mi corazón doy a los demás,

mis balcones ,lleno de alegría,

y esos verdugos ignorantes

no cesan de insultar

 

¿A qué vienen abanderando

sus falsas libertades?.

¿Qué cantos  pregonan,

paseando su insidiosa verdad

entre tanto beligerante?.

 

¿Acaso esto es un pecado?

¡Es mi vida y de nadie más!

Así que vocead vuestra incultura,

es lo único que podéis gritar.

 

Emuñoz

Disfraz*

Ahí estás , preparado para el envite,

recalcitrante y persistente.

Paseando tu mínima cordura

por el equívoco que te acompaña

a través de tu sociable compostura.

 

Ahí estás, persiguiendo la cumbre,

con tus gestos extravagantes,

y calzado de cordón, ejecutivo,

con suela de cuero vacuno

y brillo, acharolado, exultante .

 

Ahí estás, cuál peinado engominado,

de tus risas, complaciente.

Voz de tono algo aflamencado,

chulesco y mirada penetrante,

creyéndote el más valiente.

 

Ahí estás, como dueño de lo absurdo,

parlanchín de poco empaque

y defensor de ideales trasnochados.

Sintiéndote, con orgullo,

acreedor de aplausos embaucados.

 

Ahí estás, y yo aquí, en la trastienda

de lo que eres , cómplice de tu ingenuidad,

apuntador  de tu palabra farsante

y guardián de la verdad,  

Cuando vuelvas, aquí estaré esperándote..

 

Emuñoz

Truenos*

Otra noche, otra oscuridad,

un volver a encontrar ansiados

hallazgos, lujosos momentos,

amores imposibles, el cielo.

 

Otra noche y aquí a ciegas

me tengo, elucubrando,

con mi cuerpo quieto

y despiertos mis ojos huecos.

 

Otra noche de emboscadas,  

de secretos callados,

de decir lo que decir no puedo,

de llorar con raras lágrimas.

 

Otra vez  me atrapa la noche

con su silencio embrutecido,

con escenas que no manejo.

Otra vez cayendo a los infiernos.

 

¡Y sonrió otra vez, y lloro otra vez,

Y amo otra vez!, así, sin más sentido,

 el tiempo que dure un sueño.

 

Emuñoz

 

 

Mi son*

Me haces soñar, hipnosis de mis sentidos.

compañera sonora dormida en mi mente,

refugio de momentos perdidos.

 

Me hace sonreír la sal de tu picaresca,

desbordas por mi boca suspiros atrevidos

engrasando  mis cuerdas en pos de una armonía.

 

Me haces llorar  evocando los ayeres ,

con  negras lagrimas en bolero-son.

con viejas mechas en un arco acompasado.

 

Eres el do de mi dominio  , la re de mi regocijo,

La mi de mi mirada,

La fa sol la si , de mi esencia

Eres música , mi fiel  compañera.

 

Emuñoz

Cuestión de gustos

Aún me estoy preguntando qué pudo suceder aquella noche.

Era veinte de enero, nuestro aniversario. Treinta años de relación, complicada, que día a día acabó convirtiéndose en una autentica pesadilla. Y no, no exagero, los cinco primeros años fueron una aventura amorosa, pero tan soloeso. Después, con el tiempo, su carácter se fue haciendo tan agresivo que nos llevó a un distanciamiento total. Entonces, me di cuenta de que aquel enamoramiento había sido un ensayo fallido.

La aparición de Luís, en mi vida, me devolvió la ilusión. Por primera vez me sentí querida. Mientras, la relación matrimonial era insoportable.

Aquella semana, previa al aniversario, decidimos que algo había que hacer.

LUIS – ¡¡No sé cómo aguantas a ese canalla, pídele el divorcio ya ¡¡.

ELLA. –Luis, cariño, no me atrevo, sería como darle el arma para acabar con mi vida. Él es capaz de eso y mucho más. Hay que hacer algo, mi amor.

LUIS -Deja que piense. ¿El día veinte te llevará, como cada año, a cenar al Restaurante del Casino?

ELLA. -Sí, es el único detalle que suele tener, y ya me cuesta trabajo aguantarlo toda la velada.

LUIS- Ahí será la oportunidad. Te traeré una sustancia para que en un descuido la puedas verter en su bebida. El efecto a las veinticuatro horas es mortal.

Me armé de valor y decidí llevar a cabo el plan. 

Eran las nueve de la noche, cuando entramos en el restaurante. La mesa reservada era la de siempre, la número 32, cerca del mirador que daba al mar. Se podía observar el oleaje bravío. La noche era poco apetecible, la lluvia y el viento se apoderó de aquel aniversario. Todo era premonitorio.

El METRE-Buenas noches, señores, acompáñenme, por favor. Su mesa, como siempre, la 32. Espero que tengan una agradable velada.

¿Que tomaran, los señores, para beber?

EL. –tráigame un Ribera de Crianza.

-Muy bien señor.

– ¿Y usted, señora? –

ELLA. – Sí, a mí, un Rioja, por favor. 

-Muy bien, enseguida les mando al camarero. Aquí les dejo la carta con las sugerencias del día.

Muchas gracias.

 

EL. –Estás ,esta noche ,encantadora.

Lo miré fijamente y le sonreí de manera forzada.

En ese momento, sonó su móvil.

EL. –(Contesta a la llamada) Sí, dígame, hola, un momento, (perdona cariño, es un cliente, seguramente será algún imprevisto. Ahora mismo vuelvo).

Lo noté alterado y se marchó a paso rápido hacia los aseos.

EL.-.(continua la conversación telefónica) ¡Paula, como me llamas sabiendo que estoy con ella! No, aún no le he dicho nada. Sí, estamos en el restaurante, acabamos de llegar. No te preocupes, de esta noche no pasa, le pediré el divorcio, …sí, buscare el momento idóneo. Sabes que tú eres mi único amor. Venga, mañana hablamos y te cuento…si, ya lo sé, pero estate tranquila. Un beso amor mío.

Estaba tardando en regresar.

La ocasión se había presentado. Con sigilo, evitando que alguien me viera, vertí la sustancia en su copa. Solo había que esperar.

Apareció en ese momento y me puse nerviosa. Para que no notara nada, decidí ir al baño a retocarme. 

-ELLA. – Voy al baño, cariño, vengo enseguida.

Me queda la duda si me habrá podido ver manipulando su bebida.

EL METRE -Disculpe señor, ha habido un error, el camarero le puso el ribera a su esposa. ¿Quiere que les traiga otras copas? 

-No, no hace falta, todavía no hemos bebido, yo mismo cambio las copas de lugar. No se preocupe. Gracias.

Regresé a los cinco minutos y allí estaba, de pie, esperándome con la copa en la mano………

 

EL. -Cariño, esta noche estás, especialmente, encantadora. Brindemos por nuestro aniversario.

fin

Emuñoz

 

Vida*

Es la” uve”la puerta de entrada

de un agreste camino por andar.

Con ansia fijada  hacia un lugar,

dormitada  prisa que nos atrapa.

Es esa “i” de indomable casta

coronada, que impulsa a  soñar

con una  especial rectitud real,

Indicando que estás en la senda.

 

Y nos va llegando la “de” risueña,

compañera del final exigente,

en apoyo de una “a”pequeña.

 

Así,  surge la “vida”,  impaciente,

temblosa , agraciada y  extraña,

gozo y sufrimiento de la  gente.

 

Emuñoz

Todo y nada*

Hoy lo tienes todo,
la valentía desmesurada
del caballero guerrero,
el atrevimiento del héroe volador,
la cristalina mirada impoluta,
la osadía de la ignorancia.
Hoy te acuestas príncipe
y te levantas rey,
con tu inocencia envidiada,
con la sonrisa franca que no engaña.
Hoy nada te es imposible.
Pero si me dices:
“Cuando sea mayor quiero ser “,
te diré que pasarás a ser
la sombra de tu reinado ,
la ruina de tus sueños ,
el ocaso de tus deseos,
entonces no serás nada,
tan solo mayor.

Emuñoz

..a mi madre*

¿Que qué  recuerdos tengo  de ti?

tus manos, tus besos,

tus brazos que me acurrucaban,

tu amor que me protegía,

tantas cosas que feliz me hacían,

porque siempre acudías

cuando te necesitaba.

¿Que qué  recuerdos tengo  de ti?

las nanas que me adormecían,

los pellizcos que más de una vez

me merecía, tu sonrisa

que me enseño a caminar,

esos ojos negros que dejaste para mí,

el olor a jazmín de una dulce dama.

¿Que qué recuerdos tengo de ti?

Si acaso no te has ido,

o tal vez, si ya no te encuentro

porque sea demasiado tarde,

el amor que me dabas

 en  cada segundo, en cada instante,

y cuando me preguntes entre sueño y sueño,

¿Que qué recuerdos tengo de ti?

te diré ¡Te quiero, madre.!

Emuñoz

Eras*

Es el minuto de vida que más me temía,

una apuesta maldita que nunca elegimos,

ese instante rifado que un día te toca,

el castigo premiado de esta lotería.

 

Ese espacio vacío que poco conoces,

un destino sorpresa impuesto a ciegas,

un adiós que negamos con todas las fuerzas,

el dejar un pasado que pronto olvidamos.

 

Añorar un mañana que nunca vendrá,

el secor de garganta gritando: no quiero,

el silencio absoluto que inunda la mente,

la quietud impasible que invade el cuerpo.

Así es ella,

Pasajera insolente que siempre nos lleva

a esa calle empedrada de estrechas paredes,

donde triste placa a veces se empeña

en decir lo que eras y ya no eres.

 

Emuñoz