Cuestión de gustos

Aún me estoy preguntando qué pudo suceder aquella noche.

Era veinte de enero, nuestro aniversario. Treinta años de relación, complicada, que día a día acabó convirtiéndose en una autentica pesadilla. Y no, no exagero, los cinco primeros años fueron una aventura amorosa, pero tan soloeso. Después, con el tiempo, su carácter se fue haciendo tan agresivo que nos llevó a un distanciamiento total. Entonces, me di cuenta de que aquel enamoramiento había sido un ensayo fallido.

La aparición de Luís, en mi vida, me devolvió la ilusión. Por primera vez me sentí querida. Mientras, la relación matrimonial era insoportable.

Aquella semana, previa al aniversario, decidimos que algo había que hacer.

LUIS – ¡¡No sé cómo aguantas a ese canalla, pídele el divorcio ya ¡¡.

ELLA. –Luis, cariño, no me atrevo, sería como darle el arma para acabar con mi vida. Él es capaz de eso y mucho más. Hay que hacer algo, mi amor.

LUIS -Deja que piense. ¿El día veinte te llevará, como cada año, a cenar al Restaurante del Casino?

ELLA. -Sí, es el único detalle que suele tener, y ya me cuesta trabajo aguantarlo toda la velada.

LUIS- Ahí será la oportunidad. Te traeré una sustancia para que en un descuido la puedas verter en su bebida. El efecto a las veinticuatro horas es mortal.

Me armé de valor y decidí llevar a cabo el plan. 

Eran las nueve de la noche, cuando entramos en el restaurante. La mesa reservada era la de siempre, la número 32, cerca del mirador que daba al mar. Se podía observar el oleaje bravío. La noche era poco apetecible, la lluvia y el viento se apoderó de aquel aniversario. Todo era premonitorio.

El METRE-Buenas noches, señores, acompáñenme, por favor. Su mesa, como siempre, la 32. Espero que tengan una agradable velada.

¿Que tomaran, los señores, para beber?

EL. –tráigame un Ribera de Crianza.

-Muy bien señor.

– ¿Y usted, señora? –

ELLA. – Sí, a mí, un Rioja, por favor. 

-Muy bien, enseguida les mando al camarero. Aquí les dejo la carta con las sugerencias del día.

Muchas gracias.

 

EL. –Estás ,esta noche ,encantadora.

Lo miré fijamente y le sonreí de manera forzada.

En ese momento, sonó su móvil.

EL. –(Contesta a la llamada) Sí, dígame, hola, un momento, (perdona cariño, es un cliente, seguramente será algún imprevisto. Ahora mismo vuelvo).

Lo noté alterado y se marchó a paso rápido hacia los aseos.

EL.-.(continua la conversación telefónica) ¡Paula, como me llamas sabiendo que estoy con ella! No, aún no le he dicho nada. Sí, estamos en el restaurante, acabamos de llegar. No te preocupes, de esta noche no pasa, le pediré el divorcio, …sí, buscare el momento idóneo. Sabes que tú eres mi único amor. Venga, mañana hablamos y te cuento…si, ya lo sé, pero estate tranquila. Un beso amor mío.

Estaba tardando en regresar.

La ocasión se había presentado. Con sigilo, evitando que alguien me viera, vertí la sustancia en su copa. Solo había que esperar.

Apareció en ese momento y me puse nerviosa. Para que no notara nada, decidí ir al baño a retocarme. 

-ELLA. – Voy al baño, cariño, vengo enseguida.

Me queda la duda si me habrá podido ver manipulando su bebida.

EL METRE -Disculpe señor, ha habido un error, el camarero le puso el ribera a su esposa. ¿Quiere que les traiga otras copas? 

-No, no hace falta, todavía no hemos bebido, yo mismo cambio las copas de lugar. No se preocupe. Gracias.

Regresé a los cinco minutos y allí estaba, de pie, esperándome con la copa en la mano………

 

EL. -Cariño, esta noche estás, especialmente, encantadora. Brindemos por nuestro aniversario.

fin

Emuñoz

 

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