PERSONAJES:
EDUARDO QUINTANA: Edad 55 años, cantante y guitarrista, aspecto decadente, viste pantalón negro y americana blanca, camisa negra, zapatos negros (envejecidos), luce melena canosa y barba algo descuidada.
GUILLERMO: 50 años, propietario pub- viste traje tono beige camisa azul y corbata tono salmón. Luce un pañuelo azul en bolsillo delantero de la chaqueta. Aspecto arrogante.
LUIS SEGURA: 70 años, empresario artístico de gran importancia. Aspecto bonachón, risueño. Viste de forma sport, pantalón y chaqueta.
SINOPSIS
Eduardo Quintana, cantautor desde los dieciocho años. Cuando cumplió treinta años, conoció a Carola, una chica, vocalista, con la que formo pareja artística, y de la que se enamoró perdidamente. El suicidio de Carola incidió en su carrera musical agravando su situación personal. Después de media vida de escenarios y haber alcanzado varios éxitos, se encuentra físicamente hundido y su voz denota empeoramiento, provocado por la adicción al alcohol. Contratado en el Pub restaurante propiedad de Guillermo, con quien no se lleva bien, por la actitud prepotente de este último, quien le paga un mínimo porcentaje del aforo y le hace hacer tres sesiones los fines de semana. Eduardo, quiere hacerle ver que él es un artista de reconocida fama y exige mayor remuneración. Aparece en escena Luis Segura, que fue uno de los empresarios que llevó a Eduardo a la fama, intervendrá de forma relevante en la situación, desembocando en un final trágico e inesperado.
Pub restaurante, con actuaciones en directo, situado en un barrio periférico de Madrid, con un salón al fondo para 40 veladores, la decoración es clásica, al fondo una pequeña tarima-escenario, cortinas color verde y malva a modo de telón.
1.-
En la puerta del camerino de Eduardo
Aparece Eduardo algo desaliñado y ojeras acentuadas
GUILLERMO. – ¡Otra vez llegas tarde y con esa pinta!
EDUARDO. – con voz temblorosa. Aún falta media hora para la actuación, son sólo las diez.
GUILLERMO. – Sí, pero te tengo dicho que vengas una hora antes, tienes que calentar esa mierda de voz que tienes.
EDUARDO. – ¿Mierda de voz?, no te vas a enterar nunca delante de quien estás. Yo llené los mejores escenarios de este país, sí, yo, mi guitarra y mi Carola, fuimos los numero uno.
GUILLERMO. – ¡jajaja! No me cuentes historias. No te ves, que tu voz es puro vodka. Además, me duele la cabeza de escucharte siempre lo mismo. ¡Qué si fuisteis el número uno con esa tal Carola! Qué…. /
EDUARDO. – Ni se te ocurra mencionarla, no te lo aguanto…/
GUILLERMO. – Eres tú el que siempre la sacas a relucir y hablas de su puta depresión, y me importa un carajo si se suicidó, tal vez lo hizo para no aguantarte. Y te repito, el día que por tu mierda borrachera escuche un gallo de esa puta garganta, te largo.
EDUARDO. – ¿Largarme?, Soy yo el que triunfó en el San Jordi, en el Teatro Real, el que consiguió los mejores éxitos musicales … ¡largarme a mí!, suerte de tenerme aquí por los cuatro duros que me pagas. Un día me iré y te dejaré tirado.
GUILLERMO. – ¡Venga, déjate de paranoias y prepárate que faltan cinco minutos!!
Guillermo se marcha
Eduardo, coge la guitarra y una foto de Carola que guarda en el cajón junto al arma con la que se suicidó, introduce la foto con cuidado en el bolsillo interior de la chaqueta y sale de su camerino
2.-
Salón, Eduardo sale al escenario
EDUARDO. – Buenas noches, amigos; no sé si alguno de ustedes me reconocerá, mi nombre es Eduardo Quintana, y junto a mi guitarra pisamos los mejores escenarios. Ella, aún sigue tocando como los ángeles –(Se emociona) ahora espero que mi voz y mis canciones sean de su agrado.
Comenzaré con un tema que se llama “Junto a ti”, permítanme que se la dedique a una mujer que llevo aquí en mi corazon. tocándose, lentamente, el pecho, comienza a tocar la guitarra y a cantar
“……Junto a ti soy como el viento unas veces canción y otras silencio”
En ese instante, Luis Segura se levanta y se le queda mirando fijamente
LUIS. – Dirigiéndose a su acompañante
Ahí está, ese es Eduardo, Eduardo Quintana. Es increíble cuánto tiempo ha pasado y aún interpreta como nadie. Me dijeron que podría encontrarlo aquí, razón tenían. Ese tipo trajeado debe ser el encargado, lleva todo el rato de un lado para otro.
dirigiéndose a Guillermo
Amigo, un momento por favor.
GUILLERMO. – se acerca a la mesa
Sí, dígame caballero.
LUIS. – Me imagino que usted es el encargado.
GUILLERMO. – Bueno, no exactamente, más bien el dueño del restaurante. Pero, dígame ¿En qué puedo ayudarle?
LUIS. – Disculpe, mi nombre, es Luis Segura, productor musical, encantado de conocerle. Me habían hablado bien de su restaurante, la verdad es que todo lo que han servido hasta el momento es de muy buena calidad.
GUILLERMO. – Muchas gracias, señor Segura y mucho gusto en tenerle aquí.
LUIS. – Pero he de decirle que el mejor plato, está siendo la actuación.
GUILLERMO. – Bueno, me alegro de que le guste, sabe, entre usted y yo, se trata de un pobre hombre que, casi, le estoy haciendo el favor de que trabaje conmigo. Hace lo que puede con su guitarra y su voz, y sirve para animar un poco la velada.
LUIS. – Amigo, ¿usted sabe a quién tiene sobre el escenario?
GUILLERMO. – Bueno, vino un día a pedirme trabajo y…/
LUIS. – Ese artista que tiene usted ahí, ha sido uno de los mejores cantantes de este país, y le diré más, andaba buscándole, pues quiero montar una gira con voces de los sesenta. Cuando termine, por favor quiero hablar con él.
GUILLERMO. – Como no, Sr Segura, le diré que venga a saludarle cuando termine su actuación, y permítame que esta vez pague la casa, así se quedará con ganas de volver.
LUIS. – Pues muy agradecido por el detalle. Si que volveré, me ha convencido la velada. Por favor no olvide de avisar a Eduardo.
GUILLERMO. – No se preocupe, lo tengo en mente.
Guillermo se retira hacia el backstage
Eduardo termina la actuación.
Luis, lleva un rato esperando, pero no acaba de llegar Eduardo, Se levanta varias veces de su asiento mirando a ver si viene alguien.
dirigiéndose a su acompañante
LUIS. -Vámonos, se nos hace tarde, el tipo este ha desaparecido y Eduardo no acaba de llegar. Mañana volveré más temprano, antes de la actuación
3.-
Camerino de Eduardo, llega Guillermo
GUILLERMO. – Eduardo, un momento quiero hablar contigo de una cosa.
EDUARDO. – ¿De qué se trata ahora? ¿No te ha gustado mi deliciosa voz?
GUILLERMO. – No hombre, has estado fantástico, tu guitarra ha sonado como nunca, … . hoy ha sido un lujo de actuación, y… /
EDUARDO. – ¿A qué viene tanto halago?
GUILLERMO. – Verás, he pensado que tal vez si te aumento un poco más el porcentaje de comisión, podrías actuar otro día más entre semana, el jueves, por ejemplo. ¿Qué te parece?
—Silencio—-
GUILLERMO. – ¡Pero contesta algo ¡, te has quedado mudo.
EDUARDO. – extrañado. ¿De cuánto dinero estamos hablando?
GUILLERMO. – A ver, ahora mismo te llevas un diez por ciento del aforo, podría subirte hasta un quince por ciento, creo que es buena ofert../
EDUARDO. – Un veinticinco por ciento y cerramos el trato. Si voy a estar cuatro días, es lo menos que debo recibir.
GUILLERMO. – ¡Hombre, es una barbaridad! Subirte de un diez hasta un veinticinco, por un día más, es algo ilógico……. Lo pensaré y mañana te digo algo.
EDUARDO. – Muy bien, pues mañana hablamos.
GUILLERMO. – Hasta mañana. Vente temprano te espero en mi despacho.
Se apaga luz del escenario de forma gradual hasta dejarlo totalmente a oscuras
4.-
Despacho de Guillermo, llega Eduardo
GUILLERMO. – Hombre, Eduardo, pasa siéntate. Mira, he estado sopesando tu oferta, la verdad es que la veo excesiva…. Yo debería tener alguna garantía de tu parte que compensara el esfuerzo económico, por ejemplo; firmar un contrato de exclusividad.
EDUARDO. – ¿Es que no te fías de mí?
GUILLERMO. – No hombre, no es eso, pero quién no me dice que mañana encuentres algo mejor y me dejes tirado, ya me lo has avisado más de una vez cuando te enfurruñas.
EDUARDO. – ¿Y en qué términos sería ese contrato?
GUILLERMO. – Como tú habías dado el ok ayer. Me he permitido traer ya redactado el acuerdo que ha hecho mi abogado, para si quieres firmarlo ahora. Pues yo creo que lo justo, en caso de romper por tu parte el acuerdo por encontrar otro trabajo mejor, sería que me indemnizaras con un treinta por ciento de la cuantía de tu nuevo contrato.
Eduardo se queda pensativo, lee hasta tres veces el documento
EDUARDO. – Conforme, vendré jueves, viernes, sábados y domingos. (lo firman ambos)
GUILLERMO. – Bueno socio, has hecho un buen trato.
EDUARDO. – Espero que así sea. Voy a prepararme para la actuación.
Sale Eduardo del despacho
5.-
Guillermo coge la guía telefónica
GUILLERMO. – A ver, …aquí está … Luís Segura …91020520….
levanta el teléfono y marca el número
GUILLERMO. – ¿Don Luís Segura? hola ¿cómo se encuentra?, soy Guillermo el propietario del restaurante en el que estuvo usted anoche. ……si, si… por eso le llamo. Era para pedirle disculpas pue al final tuve un problema familiar y olvidé avisar a Eduardo Quintana………. Claro que sí, si quiere le doy su número y habla usted directamente con él……, pues tome nota por favor, su móvil es 666222000…. , muy bien, me gustaría verle de nuevo por aquí, ….un saludo y le reitero mis disculpas. Adiós. Adiós….
Guillermo se levanta de su asiento y comienza a dar paseos por el despacho, algo nervioso
Llaman a la puerta
GUILLERMO. – Sí, adelante. algo sorprendido ¡Eduardo ¡, creí que te estabas preparando para la actuación.
EDUARDO. – Sí, ya estoy listo, era solo para decirte que, de lo acordado, desde esta misma noche.
GUILLERMO. – Sí hombre, cómo no… claro, claro, desde esta misma noche tienes el veinticinco por ciento.
EDUARDO. – Ok, pues hasta luego.
Sale Eduardo del despacho
6.-
Camerino de Eduardo
Eduardo acaba de terminar su actuación, en ese momento le suena el móvil
EDUARDO. – Dígame, sí, soy yo. ¿Quién?……hombre, Luís, cuánto tiempo, me alegra escucharte, …yo bien, aquí trabajando…/! ah ¡¿qué estuviste aquí ayer? sí, se habrá despistado, no, no me ha dicho nada. …… ¿Cómo? ¿una propuesta? Qué tipo de propuesta sería…. ¿una gira de dos años en Latinoamérica?. , pero Luís, tú sabes que yo ya ni soy el de antes….., sí, no es que sea pesimista, es que ../. … ¿entonces seríamos cuatro cantantes de aquella época? hombre, así es más llevadero ¿y de qué importe estamos hablando? …, ¿cien mil euros?…….,
(silencio)….
sí hombre como no voy a estar contento…es que me he quedado traspuesto, no me esperaba algo así……claro que sí, Luís, ……de acuerdo, ……nos vemos allí, entonces el martes a las diez. Venga un abrazo.
Eduardo cuelga el teléfono y se queda pensativo
EDUARDO. – ¡Maldito! Lo sabía y no me dijo nada, esta será la última vez que se quiera aprovechar de mí, mirando hacia arriba, te lo prometo Carola
Saca una petaca de vodka se la bebe del tirón, abre el cajón coge el arma y sale de su camerino
7.-
Despacho de Guillermo.Guillermo sentado en su sillón, junto a la mesa, leyendo el contrato firmado
Llaman a la puerta
GUILLERMO. – Sí, adelante. con voz temblorosa, Eduardo, ¿qué ocurre? ¿Qué tal la actuación?
EDUARDO. – Bien, muy bien, tal vez la mejor que haya realizado, una pena que no la hayas disfrutado.
GUILLERMO. – Me alegro. No he podido escucharte, estaba repasando nuestro contrato, y …/
EDUARDO. – Por cierto, de eso venía a hablarte. ¿Sabes qué?, durante toda mi vida profesional he tenido muchos altibajos, momentos difíciles provocados por amistades farsantes, aquellas que vienen a chuparte la sangre y luego te dejan tirado. Puse todas las fuerzas para conseguir mi sueño, triunfar en los escenarios. Pero llega un momento que la vida te empieza a dar esquinazos, y aquellos que parecían ayudarte te van hundiendo cada vez más. ¿Lo entiendes?, sí, tú debes entenderlo. Yo no estoy alcoholizado por voluntad propia, a mí me importa nada el sabor de un vodka es tan solo mí refugio, al que recurrimos cuando se nos maltrata, a la droga ,en muchas ocasiones, como escape, esa droga que acabó con la vida de mi Carola
GUILLERMO. -¿No me dijiste que fue una depresión?
EDUARDO. -¿Sabes lo que se siente cada vez que una cucaracha de esas se atraviesa en mi camino? Enseñando el arma
GUILLERMO. – nervioso, A ver amigo Eduardo, no, no juegues con eso. Se sitúa detrás del sillón. No debes martirizarte tanto con tu pasado y tienes que mirar hacia adelante. Me gustaría que fueras más positivo. Créeme, todo lo que he hecho por ti, ha sido para que reaccionaras.
EDUARDO. – Sí, por una vez te doy la razón, debo reaccionar. ¿Sabes que en tu contrato he echado en falta la cláusula adicional…….?
GUILLERMO. -¿Cláusula adicional?
Eduardo apunta con el arma y dispara dos veces a Guillermo, que cae al suelo muriendo en el acto
FIN
Emuñoz