Cada mañana.*

CADA MAÑANA

Cada mañana le pregunto a ese otro
que me mira, que me observa
y que me quiere con locura:
¿Qué es de mí?,
dime aquello que, de mí, no te agrade.
Háblame con la franqueza engendrada
de tantos años, de tanta vida andada,
desde la sabiduría que te da el conocer
mis alegrías y mis tristezas.
Respóndeme cómo me ves en este instante,
si me conoces con estas solapadas arrugas,
si aún deseas contar segundos a mi lado,
si me comprendes al menos como antes.
Te ves obligado a escucharme cada mañana,
tú solo ante mí, yo solo ante el abismo,
con la profundidad de la incertidumbre,
frente a frente, cada día nos encontramos,
cada mañana, cuando me veo,
me miro a los ojos y callo.

Emuñoz

 .

Duele*

No sé cuánto tiempo durará

el ascua ardiente de mi corazón,

que aún sigue enamorado de ti,

que tu regreso sigue esperando.

No sé si mis manos aprenderán 

el tacto suave en otra piel

en las largas noches invernales

cuando la luz estrellada sorprende.

No sé si mis ojos podrán mirar 

otros ojos que,sin hablar,

sepan expresar la pasión

de un loco enamoramiento .

No sé si los segundos sin ti

podrán marcar las horas 

en los días de soledad,

donde el fuego quema de tristeza.

Y no sé si será mejor

refugiarse en el frío del olvido 

que hiele cruelmente mis heridas 

y cicatrice las huellas de mis lágrimas.

No lo sé, cariño, has dejado 

tanto, que no me acostumbro 

a verte y no encontrarte.

 

 

Emuñoz 

El sueño*

Entre las cuatro esquinas de mis sueños

te veo paseando con tus ojos fulgurantes

de verde azulado, marcando pasos firmes

con parsimonioso ritmo, como los bailes

de tango, a mi cuerpo abrazada.

Y bordeando tus rojos labios, acomodo

el temblor de mis manos en tu sutil dorso

y la pasión de mi pecho a tus brazos, rendido,

mientras el sonido de un chelo dibuja

las siluetas movidas por la ventada brisa.

Pero igual que vienes te echas a volar

y te escondes en la niebla de la noche perdida,

en donde afloran las aventuras tenebrosas

y las frenéticas angustias, que me llevan

a ocultarme tras mis temidos miedos.

¡Despierta, despierta ya de tan terrible instante!

y cuando atrás a lo lejos mis sueños dejo,

me miro en el espejo y veo a un pobre ignorante

de todo, si, de todo, porque de nada me acuerdo.

Leerte*

Mi querido amigo de momentos soñados ,

de renglones sensibles y sentimientos emboscados,

acompáñame a esa isla desierta

donde el tiempo se eterniza.

Allí, donde el viento se hace olas

y las olas arenisca, polvo y tierra

bajo el sol de semblante rojizo.

Deja que tus hojas sean mi refugio,

que descubra tu vida contada

a tu ritmo, que te goce profundo

y aprenda de ti, lo hablado y lo oculto de los silencios

y que en ellos adivine lo que siento,

alimentándome de tus palabras

y sediento, libe tu jugo.

Acompáñame amigo, a esa isla desierta,

aunque sea el fin del mundo.

Mirándote te amé*

Al igual que la sombra de un sauce

esconde del sol su belleza,

ocultaba mis deseos,henchida de amor,

sin que tú te dieras cuenta.

Y como la luz aventurera que las nubes atraviesa

cuando grisácea el cielo,

te miraba ,fijamente te miraba con mis ojos,

sin que tú te dieras cuenta.

Rebosante el corazón de flechas,

cual cupido yo quisiera clavártelas

después de que anocheciera,

clavártelas, sin que tú te dieras cuenta.

Y hoy sí, y mañana también,

y cada día de mi existencia,

a tu lado, convertida en flor eterna

que te adorne sin que tú te dieras cuenta.

Pero las sombras se marchan

y el sol siempre despierta,

y me veo a ti entregada

sin haberte dado cuenta .

Sin haberte dado cuenta,

que yo existía bajo la sombra del sauce .

Te extraño*

Mira mis manos, que sufren tu ausencia,

reposar sobre los latidos de mi corazón

que ya no te encuentra en el silencio

que sembraste, en el olvido aterrador

que, desde aquel día, me acompaña.

Mira mis heridas de sangre entumecida,

que un día fluía de rojo enfermizo,

que un día gritaban de angustia

e impotencia ante la inesperada

huida de tus derrotadas alas.

Mira mis lágrimas en tu lóbrego lecho,

suplicando que vueles sobre las copas

de los viejos cipreses moribundos,

cuando la hojarasca se eterniza

y los azafranados hongos secan.

Mira mis brazos abiertos a los tuyos ,

que desesperan aguardando tu llegada

en la primera luz del reencuentro.

Emuñoz

Una nana para ti*

Por las largas horas que me dedicaste,
esos besos dulces de tus caricias
cuando tus miedos lloraban
lágrimas y temblabas de coraje.
Momentos que te quitaste tú
para darme tiempo que me hiciera soñar.
La voz de sencilla canción de cuna,
esa nana preciosa que te escuché.
Esa fue la vida vivida entre dos
que me regalaste un mes de abril.

Ahora me pierdo en el corazón
paseando la soledad de las calles,
cada rincón cogido a tu mano
saltando los charcos abrazado a ti.
Y te extraño y te tengo tan lejos,
y no puedo besarte ni pedirte perdón
por no estar cuando fuiste silencio,
por no devolverte esa linda canción.
Escucha mi nana que es tuya también
escucha la voz temblosa llorar.

Allá donde estes, allí dormiré
Aquí donde estoy, dormida estarás.

Emuñoz

Otro año*

Qué pronto llegaste amigo
y qué pronto te fuiste,
con alegría y regocijo recibido,
Ilusión y esperanza renovada.

Tan raudo como cerrar una puerta
y volver al oscuro rincón,
y caminar cada escalón
topando con lo olvidado.

¡Qué rutina más pasajera,
qué segundos más disfrazados!.
Qué pronto dijiste adiós
después de esperarte tanto.

Y qué necio el haberte creído
que nos ibas a sacar de este engaño,
Qué pronto llegaste amigo
y qué pronto te fuiste, otro año.

Emuñoz.