Cada mañana.*

CADA MAÑANA

Cada mañana le pregunto a ese otro
que me mira, que me observa
y que me quiere con locura:
¿Qué es de mí?,
dime aquello que, de mí, no te agrade.
Háblame con la franqueza engendrada
de tantos años, de tanta vida andada,
desde la sabiduría que te da el conocer
mis alegrías y mis tristezas.
Respóndeme cómo me ves en este instante,
si me conoces con estas solapadas arrugas,
si aún deseas contar segundos a mi lado,
si me comprendes al menos como antes.
Te ves obligado a escucharme cada mañana,
tú solo ante mí, yo solo ante el abismo,
con la profundidad de la incertidumbre,
frente a frente, cada día nos encontramos,
cada mañana, cuando me veo,
me miro a los ojos y callo.

Emuñoz

 .

Deja un comentario